Esta semana es decisiva para el referendo que podría restablecer la cadena perpetua en el país.
La iniciativa ha sido promovida por la demagoga y populista Gilma Jiménez. Ella, un espécimen interesado, manipulador, ignorante y oscurantista, se vanagloria de ser la “autora de la prisión perpetua”, que es como si cualquier miembro del parlamento de cualquier país del mundo se enorgulleciera de acabar con la presunción de inocencia, de restituir procesos sin que los ciudadanos sepan de qué se les acusa o de reponer la tortura como método de curso legal.