Los conservadores no entienden los preceptos básicos de cómo funciona una democracia. Para ellos, es simplemente un sistema más engorroso para imponer sus estupideces retrofachas y no entienden que en algunas ocasiones “no”, significa “no”.
Como que no pueden mezclar su delirante superstición medieval de un amigo imaginario en una nube con el gobierno, o como que hay cosas en las que no importa lo que diga la mayoría pues hay que respetar los derechos de personas que a veces incluso no quieren esos derechos, que no son la minoría. Peor aún: ¡¡son la mitad de toda la población!!
Por eso, desconociendo que un partido político no puede solicitar una consulta popular, han solicitado una consulta popular para ganar la legitimidad de la mayoría ignorante de los votantes para prohibir el aborto. Annika Dalén los pone en su lugar:
Cabe aclarar que una consulta popular formalmente solo puede ser solicitada por el Presidente, Gobernador o Alcalde, según el caso, pero no por un partido político. Sin embargo, aún si el Partido Conservador lograra incluir una especie de encuesta popular en las elecciones, y aún si ésta demostrara que la población colombiana en su casi totalidad estuviera en contra del aborto, no podría ser utilizado como un argumento para su prohibición absoluta.
La esencia de la democracia no es la dictadura de las mayorías, sino la garantía de los derechos de todas y todos. Las mayorías los pueden regular y configurar, pero el problema es que la iniciativa conservadora no regula sino que aniquila los derechos sexuales y reproductivos, que han sido reconocidos como derechos fundamentales, de las mujeres. Una verdadera democracia no podría, en nombre de una supuesta protección de la vida, obligar a sus ciudadanas a morir, ni desconocerles sus derechos fundamentales de autonomía, integridad y dignidad por causa de circunstancias que están fuera de su control.
Yo no me había pronunciado al respecto pues ya he dejado más que claro que prohibir el aborto es simplemente un acto estúpido, religioso -por supuesto- y pone de manifiesto un analfabetismo total en cuanto a la biología humana más básica.