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Porque te quiero, te aporreo (II)

Esta es la segunda parte de la entrada Porque te quiero, te aporreo, que traduce un artículo de Kathryn Joyce sobre Historias de Horror de ‘Amor Duro’ en los Hogares para Adolescentes.

Hasta el momento vimos cómo funciona New Beginnings Ministries, Rebekah Home for Girls, New Bethany Home for Boys and Girls y Hephzibah House, todos ellos reformatorios de adolescentes dizque rebeldes, administrados por bautistas fundamentalistas -de la Iglesia Bautista Independiente Fundamental o IFB- que creen que la letra entra con sangre y promueven esas verdaderas casas del terror y de la tortura mediante falsa publicidad que difunden en giras en las que obligan a las pobres niñas a cantar.

Retomamos:

[Mack] Ford operaba una casa de New Bethany separada para niños en Longstreet, Louisiana. Clark Word, ahora de 44 años, fue enviado allí cuando tenía 15. En su segundo día, recuerda, vio al administrador Larry Rapier darle un puñetazo a un niño de 10 años o menos en la boca por orinarse en sus pantalones en el autobús de camino a la adoración del domingo. La violencia era la norma, dice Word, y se esperaba que los estudiantes impusieran la disciplina. En un memorable incidente de 1982 un estudiante llamado Guy desapareció de la escuela después de haber sido golpeado brutalmente con palos de golf por otros estudiantes, dejando a los aterrorizados amigos de Guy preguntándose el personal había acabado con él. (La ex esposa de Rapier, Dee, me dijo que envió a Guy a recuperarse en casa de su madre [la de ella] en Texas antes de devolverlo a sus padres).

Mis intentos para localizar a Larry Rapier fueron infructuosos. Pero Dee Rapier confirmó la atmósfera de tormento físico y psicológico en las instalaciones que administró con su ex marido. “Larry tenía una habitación que solía ser un lugar de almacenamiento que era de seis por ocho, u ocho por ocho, que él llamaba ‘confinamiento solitario'”, me dijo. (Un antiguo miembro del personal los llamaba “salas de recuperación”). Los niños que se portaban mal eran puestos en aislamiento, y se les daba una lata para que orinaran ahí, y los obligaban a escuchar horas de sermones grabados, recuerda Word.

Después de que Word había estado allí durante casi siete meses, su “guardia” se escapó. La policía normalmente devolvía a la casa a los fugitivos, pero la gravedad de las lesiones del niño llevó a los funcionarios estatales a que investigaran. Rapier, que había continuado dirigiendo la escuela, mientras que estaba en libertad bajo fianza por un caso de abuso infantil de 1981 (los cargos fueron finalmente retirados), envió a los otros chicos lejos – algunos se fueron a sus casas, algunos fueron ubicados en instalaciones afines. Los registros escolares, me dijo Dee Rapier, fueron destruidos.

La escuela reabrió sus puertas al año siguiente en Walterboro, Carolina del Sur, bajo un nuevo administrador, Olin King. Doug, el hermano de Word, de 14 años, fue enviado poco después por robarle las revistas Playboy a un vecino. En 1984, la policía fue alertada por fugitivos acerca de un “grupo de presos encadenados” con cuerdas que estaban trabajando los jardines, y sobre palizas con tubos PVC – lo que, los muchachos bromeaban vilmente, era para “entubar a las víctimas cruelmente”.

Los oficiales allanaron el recinto y descubrieron a Doug Word atado, en ropa interior, en el piso de una celda de aislamiento oscura y cerrada con candado. King y su ayudante fueron acusados ​​de secuestro, abandono ilegal y concierto para delinquir. Ellos no disputaron los cargos de falso encarcelamiento y recibieron sentencias suspendidas y libertad condicional. “Yo tomé ese caso personalmente”, recuerda Emory Rush, jefe adjunto del sheriff ya retirado, quien dirigió la redada. “Yo aborrecí el hecho de que le hubieran hecho a los niños lo que les hicieron”.

La redada acaparó los titulares, pero la escuela reabrió sus puertas nuevamente, esta vez fusionada con la escuela de niñas de Ford, New Bethany, en Arcadia. Durante las siguientes dos décadas, las sucursales tanto de niñas como las de niños cerrarían y reabrirían varias veces más – inflingiendo daño a veces a cientos de estudiantes.

Las autoridades y los organismos de control están familiarizados con los patrones – saltar de Estado en Estado, las frecuentes aperturas y cierres- pero “la gente olvida”, dice el diputado Rush. De hecho, Olin King (que a través de su esposa declinó hacer comentarios para este artículo), ahora dirige un hogar de Carolina del Norte para niños preadolescentes bajo los nombres de King Family Ministries and Second Chance Ranch (Ministerio de la Familia King y Rancho de la Segunda Oportunidad). Ex alumnos de New Bethany alertaron a las autoridades locales con el pasado de King y su nueva ubicación. Pero el comandante Durward Bennett, el ex diputado jefe de la oficina del sheriff local, me dijo que no tuvieron a bien investigar el nuevo hogar de King, ya que, Bennett insistió erróneamente, King nunca fue condenado, y Carolina del Norte nunca lo ha considerado no apto para administrar un hogar.

Los operadores de hogares sombríos parecen tener una habilidad especial para evitar la persecución importante. El año pasado, los fiscales en el condado de Blount, Alabama, acusaron a Jack Patterson -un protegido de Roloff y fundador de un hogar de muchachos llamado Reclamation Ranch (Rancho de la Domesticación)- con abuso infantil agravado. El entonces fiscal Tommy Rountree dijo que los de la comisaría allanaron el rancho después de que un fugitivo los alertó sobre las palizas, las celdas de aislamiento, y miembros del personal armados que “iban a la caza de los fugitivos”.

El allanamiento descubrió armas cortas y largas, grilletes, esposas; 11 niños fueron puestos bajo custodia estatal. Pero debido a que los oficiales olvidaron tomar el computador de Patterson, que el fugitivo afirmaba que contenía archivos de palizas grabadas en vídeo, Patterson fue capaz de reducir sus cargos por delitos graves a un delito menor de “acoso verbal” penado con una multa de $ 500. Ahora dirige un hogar para hombres adultos en el terreno del Reclamation Ranch y un hogar de niñas llamado Rachel Academy en el condado vecino de Walker – y está en el proceso, dice, de abrir nuevos hogares en Ohio, Florida y Michigan.

Rountree,quien sin rodeos llama a Patterson “el mal”, dice que él y su equipo han viajado mucho para recoger el testimonio de antiguos niños del Reclamation Ranch, pero encontraron pocas pruebas útiles. Él culpa por esto a los contratos que los padres firman -una madre que le debía dinero a Patterson temía que “Big Jack” pudiera demandarla si cooperaba con el estado- así como el apoyo ferviente para hombres como Patterson entre muchos fundamentalistas cristianos.

Patterson insiste en que las acusaciones de abuso eran falsas y niega cualquier uso de castigos corporales o tácticas aislamiento. Reclamation Ranch, dice, tenía “un ambiente de estilo familiar”. Señala su sentencia de delito menor como prueba de que la acusación fue por motivos políticos. En cuanto a las cadenas y armas, “nunca supe cómo llegaron allí”, me dijo. “Mis huellas nunca estuvieron en ellos”. Pero añade que despidió a tres miembros del personal por métodos abusivos, poco antes de la redada: a uno por disparar un rifle sobre las cabezas de los chicos, a otro por “armarle trifulca” a un residente y empujarlo a un armario, y a otro por ponerle esposas a un niño.

A pesar de las malas relaciones públicas, las instalaciones de los reformatorios cristianos no parecen tener problemas para atraer a nuevos reclutas. Bruce Gerencser, que pasó 25 años como pastor de la IFB, recuerda a Lester Roloff visitando su escuela bíblica para promover los hogares. Una vez Gerencser alcanzó el púlpito, vio directores de hogares para adolescentes aparecer en las reuniones de la fraternidad de pastores para vender sus servicios; el director de la Hephzibah House, Ron Williams -quien ahora tiene un programa en la estación de radio de la Universidad Bob Jones-, visitó la propia iglesia de Gerencser con un coro de niñas. “Me gustaría darle bibliografía a los padres sobre las escuelas”, dice Gerencser, que ahora es un crítico de la mentalidad de de la IFB. “Yo nunca había visitado esos hogares, pero uno creía que esa gente estaba haciendo cosas buenas. Miro en retrospectiva y veo lo irresponsable que era”.

En septiembre del 2008, Clark Word comenzó a hacer algunas investigaciones sobre New Bethany. Se encontró con la comunidad online de Rider, que incluye a Dee Rapier, la esposa de su antiguo enemigo. Ahora de 65 años y viviendo en Texarkana, Texas, Dee había suplicado por el perdón de sus cargos anteriores. Había publicado su número de teléfono para cualquiera que deseara hablar, esperando una llamada seria y sincera de Word. “Ella quería saber cómo me había terminado de ir”, recuerda Word. “Ella dijo, ‘Así que muchos de ustedes resultaron teniendo problemas con el alcohol y las drogas’. Yo no le dije en ese momento que había arruinado mi vida”.

De hecho, muchos de los niños que se vieron obligados a agasajar a los feligreses con historias falsas se volvieron adictos al alcohol y las drogas para ayudarles a hacer frente a lo que sucedió en las escuelas. Después de salir de Hephzibah House, Karen Glover terminó por convertirse tanto en adicta como en trabajadora sexual por un tiempo. Teresa Frye “consumió mi peso corporal en drogas” después de su paso por New Bethany. Lenee Rider “permaneció borracha por un año”. Angela, su antigua vigilante murió de complicaciones de cirrosis en el 2008. “Sentí que me robaron todo lo que estaba dentro de mí que me permitía confiar”, dice Rider.

New Bethany finalmente cerró el resto de sus complejos de Louisiana después de años de redadas policiales y batallas legales. Su junta directiva según los informes votó por el cierre en el 2001, pero abundan los rumores que New Bethany tuvo niñas hasta en el 2004. Que los ex empleados propios de la casa no están seguros del año dice mucho de una industria tan mal regulada que los funcionarios del Estado no pueden verificar si ciertas viviendas incluso existen.

Los supervivientes y sus familias se quejan de que las autoridades estatales no parecen interesarse en la persecución de los abusos en los hogares – especialmente en Missouri, donde algunas instalaciones van tan lejos que las agencias estatales no son conscientes de ellos. Nanci Gonder, el secretario de prensa de la oficina del fiscal general de Missouri, sugiere que los funcionarios están paralizados – las escuelas privadas no requieren acreditación del estado y no se rigen por las leyes que regulan las escuelas públicas. “Nuestra única autoridad es a través de la Ley de Prácticas de Comercialización de Missouri, que incluiría las preocupaciones como la publicidad falsa”, dice.

Esa es la puerta trasera que Donna, esposa de un militar y madre de ocho hijos en el noreste, terminó tomando. En el 2007, envió a su hija de 14 años de edad, Kelsey, al Circle of Hope Girls Ranch (Rancho Círculo de la Esperanza de Niñas) en Humansville, Missouri. Donna, con su marido en su tercer despliegue en Irak, y temerosa de una historia familiar de abuso de sustancias, se preocupó de que Kelsey estuviera metiéndose en problemas. En el Circle of Hope, a Kelsey presuntamente se le ordenó hacer flexiones de brazos en estiércol de caballo, obligada por los miembros del personal que se le sentaban encima, y fue obligada a hacer falsas confesiones de promiscuidad. Donna estima que la familia gastó $ 20.000 dólares en su estancia de tres meses – la matrícula y cuotas, más el costo de la consejería y la educación necesaria para ponerse al día después de que Kelsey volvió a casa. Jay Kirksey, abogado del Circle of Hope, no quiso abordar las afirmaciones de Donna, pero extendió una invitación para ir a visitar. “Desafortunadamente, al igual que pasa en las escuelas públicas y el sector público, hay padres descontentos, que, en lugar de mirar a su propio hijo y la situación, deciden hablar de la escuela”, dijo.

Donna me dijo que ella se ha acercado por lo menos a siete oficinas estatales y federales -incluyendo la Fiscalía de Missouri- buscando medidas contra el Circle of Hope por declarar falsamente en su página web que estaba registrada en el estado, una afirmación que ella dice le dio la confianza para enviar a Kelsey allí. “He estado luchando contra esto. He estado llamando todo el mundo”, dice Donna, “y quiero saber: ¿Por qué no se ha hecho nada?”

“Nuestra División de Protección al Consumidor está todavía estudiando el asunto”, responde Gonder. “La escuela colaboró ​​en el suministro de información, pero la información era diferente de la de ella”.

Tanto a nivel estatal como federal, la industria -religiosa y lo laica- del “adolescente con problemas”, cuenta con el apoyo silencioso de muchos políticos. (Las recaudaciones de fondos más importantes para las campañas del 2008 y del 2012 de Mitt Romney provienen del sector de hogares para adolescentes de Utah). Los tribunales locales promueven las viviendas como alternativa a la detención juvenil, y las instalaciones pueden recopilar una variedad de subsidios estatales y federales.

El Congreso ha intentado, sin éxito hasta ahora, frenar las escuelas. En el 2007, una serie de muertes en programas residenciales para adolescentes provocó una investigación a nivel nacional por parte de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental. Sus conclusiones – que detallaban el uso de posiciones de estrés prolongado, días de reclusión, trabajo extenuante, la negación de acceso al baño, y muertes- apareció en una serie dramática de audiencias en el Congreso durante dos años. El resultado fue la Resolución 911 de la Cámara (PDF), que proponía dar a los residentes el acceso a las líneas directas de maltrato infantil y la creación de una base de datos nacional de los programas que documentaría reportes de los abusos y mantendría vigilancia sobre los funcionarios abusivos.

La Hephzibah House de Ron Williams y el Reclamation Ranch de Jack Patterson instaron a sus seguidores a luchar contra el proyecto de ley. En una carta abierta, Williams sostuvo que la ley “efectivamente cerraría todos los ministerios cristianos que ayudan a los jóvenes con problemas a causa de sus disposiciones onerosas”. A ellos se sumó un grupo llamado la National Association of Therapeutic Schools and Programs (Asociación Nacional de Escuelas y Programas Terapéuticos), que se opuso a la R. 911 [de la C] aduciendo que los estados, a pesar de todas las pruebas en contrario -están mejor calificados para supervisar los hogares. La ley fue aprobada en la Cámara, pero se estancó en un comité del Senado .*

En marzo del 2010, la Cámara de Representantes aprobó el Acta Keeping All Students Safe (Ley de Mantener a Todos los Estudiantes Seguros), un proyecto de ley que habría prohibido la uso de la reclusión y la restricción física o química de una escuela que se beneficia de dinero federal para la educación. (Esta, también, murió en el Senado.) Andy Kopsa, que cubre hogares abusivos en su blog, Off the Record, señaló que los miembros del Partido Republicano, cuyos distritos acogen escuelas de ‘amor duro’ se manifestaron contra el Acta. Entre ellos el ex representante Mark Souder de Indiana (Hephzibah House), representante Robert Aderholt de Alabama (Reclamation Ranch, Rachel Academy), y la representante Virginia Foxx de Carolina del Norte (King Family Ministries), que declaró: “Esta ley no es necesaria… Los estados y las localidades pueden manejar estas situaciones. Ellos se ocupan de los niños”.

En ausencia de la acción federal, ex-alumnos de las instituciones adolescentes han estado tratando de exponer los abusos. En el 2008, Susan Grotte, ex alumna de House Hephzibah, llevó a unos 60 supervivientes en una campaña por su cierre; ellos le escribieron a los periódicos y protestaron fuera de la corte del condado en Warsaw, Indiana, cerca de donde se encuentra la escuela. “Tenemos leyes para proteger a las personas del encarcelamiento ilegal”, dice ella, “pero al parecer no si eres una adolescente”. En el último año, ex-alumnos de New Bethany realizaron un viaje de reencuentro para hacer frente a los Ford, y se unieron con los miembros de grupos afines, tales como los Supervivientes del Abuso Institucional (SIA) para reunir y dar a conocer historias de sobrevivientes. Los SIA están planeando una convención en el 2012 para los adultos que han pasado por “instalaciones de encierro para adolescentes”.

De regreso en Maryland, Jeannie Marie ha introducido a Roxy a la comunidad sobreviviente con la esperanza de que compartir su terrible experiencia le ayudará a recuperarse. “Le muestro los sitios web”, dice Jeannie Marie, “y le digo: ‘Mira cuánto tiempo hace que esto le sucedió a estas chicas: hace 5, 10, 15, 20 años. Estas muchachas simplemente están dejándolo ir encontrando la libertad, ya que comenzaron discutir esto’. Le dije: ‘Roxy, no esperes tanto tiempo'”.

* Aclaración: La versión de este artículo que apareció en la revista dejó la impresión de que el senador Sherrod Brown (D-Ohio) estaba preocupado de que la R. 911 podría interferir con los derechos de los padres. De hecho, en una carta a los constituyentes preguntando por el proyecto de ley, Brown había señalado simplemente que era una preocupación para los opositores del proyecto de ley, no necesariamente su propio punto de vista.

Pues creo que no queda mucho más que decir.

(dato: Pharyngula)

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