¿Qué pasa cuando una persona que no tiene conocimientos de medicina -o aún teniéndolos- le ofrece a otros “un remedio” compuesto de diversas sustancias, mezcladas en distintas cantidades no contabilizadas y cuya preparación varía de ritual en ritual?
En el mejor de los casos, sólo será una droga que deprimirá el sistema nervioso central, estimulará algunas zonas del cerebro, generará alucinaciones y agudizará los sentidos.
En el peor de los casos ocasionará la muerte:
Según el reporte de las autoridades en una finca situada a una hora del casco urbano de Piedecuesta, en el área metropolitana de Bucaramanga, se realizó la mañana edel domingo una extraña ceremonima en la que un ‘chamán’ le aseguró a 80 personas que los iba a liberar de malas energías, espíritus y les concedería sanación a sus problemas de salud.
Creo que a esos chamanes los llaman “taitas” y, como cualquier otro líder religioso, ofrece solucionar los problemas ajenos con una única acción despersonalizada. En este caso, ingerir un brebaje preparado con quién sabe qué.
Una fuente de la Fiscalía precisó que la mitad de los asistentes habían viajado desde San Alberto (sur del Cesar) para intervenir en el acto donde consumieron yagé, líquido que proviene de una planta y que está compuesto por alcaloides que producen dolor de cabeza, alucinaciones, taquicardia, trastorno en el habla, hipertensión, euforia, pánico y, en algunos casos, la muerte.
En pocas palabras: el taita les ofreció darles un veneno con el cual les solucionaría todos sus problemas. ¿No era eso un delito?
Aldemar Mendoza Pabón, de 37 años y José Alberto Renoga Cáceres, de 29, se desmayaron tras digerir la bebida usada en ceremonias indígenas y por la que pagaron, al igual que los demás, 20.000 pesos, cada uno.
Aunque las víctimas empeoraron en la tarde, solo hasta las 8 p.m del domingo pasado fueron conducidos a un centro asistencial en Floridablanca, donde llegaron sin signos vitales.
¡¡Y les cobró!!
Y como cabe esperar de todo líder religioso:
La Policía Metropolitana de Bucaramanga y el CTI de la Fiscalía operativos especiales para tratar de dar con el paradero del supuesto ‘maestro’ o ´chamán’ que no se ha reportado a las autoridades.
A todas estas, me pregunto ¿qué hace la Gobernación de Nariño promoviendo actividades de este tipo? ¡Suministrar un veneno -que genera adicción- y llamarlo remedio mientras se ostenta una posición de superioridad moral es de un cretino poderoso!
(dato: Zipacón Malkav, que me avisó en el mismo instante en que había empezado a escribir este artículo)