Cuando uno habla de fascismo multicultural, la primera imagen que se viene a la cabeza es la de un montón de islámicos imponiendo los estúpidos códigos de vestimenta a sus subyugadas mujeres en un Estado de derecho que se niega a hacer algo para no ser acusado de racismo (?). Pues bien, es hora de desafiar ese estereotipo.
También las mujeres están en la capacidad y disposición de violar las libertades civiles ajenas, con tal de hacer respetar el fascistoide cuento de hadas que las mantiene prisioneras y las considera inferiores, como lo descubrió el fotógrafo David Menzies en Toronto:
¿Qué constituye un asalto físico en Toronto en estos días?
Esto parecería ser sencillo. Si, por ejemplo, una persona golpea a otra, sin duda que es asalto. Sobre todo si el golpe en cuestión fue atestiguado. Y fotografiado.
Pero, como aprendí de primera mano el domingo, un puñetazo en la cara no constituye necesariamente asalto en nuestro cada vez más culturalmente sensible Toronto.
Los detalles: Yo estaba en Yonge-Dundas Square con mi hijo de nueve años de edad. Comimos pizza. Bebimos té de burbujas. Y usé mi nueva cámara Canon para tomar fotos de este santuario de neón.
De repente, una mujer que llevaba un hiyab corrió hacia mí. Ella era parte de un grupo que incluía a dos mujeres con burkas que les cubrían completamente la cara. Ella estaba gritando: “¡Somos musulmanes! ¡No tome fotos de nosotros!” (Extraño. no puedo encontrar la regla de “no fotos” en el Corán).
Le informé a la señora que estaba en una plaza pública en una democracia. De hecho, puedo tomar fotos de quien me plazca.
Y luego: ¡Ka-Pow! Su puño chocó contra mi cara. Peor aún, casi golpeó mi nueva cámara fuera de mis manos.
Entonces mi hijo y yo fuimos rodeados por una turba de unas 20 personas, muchos de los cuales hablaban árabe. Uno seguía exigiendo que le entregara mi cámara.
Fue surrealista. ¿Estaba yo en Toronto – o en Riad?
Vi a un grupo de policías en bicicleta. Irrumpí a través de la turba con mi hijo y fue directamente hacia ellos. Le dije a un oficial de la Policía de Toronto lo que había sucedido y que quería presentar cargos por asalto.
Mejor aún, un hombre y una mujer se presentaron como testigos.
La pareja de cincuenta y tantos años, originarios de Siria, le dijeron a la policía que habían observado todo el asunto y que mis denuncias eran ciertas. La pareja dijo que entendía árabe y sabía lo que estaba diciendo la multitud.
Sentido Arácnido
Por desgracia, mi Sentido Arácnido comenzó a sentir un hormigueo cuando escuché las preguntas formuladas a los testigos. “¿Fue un golpe de puño cerrado o con la mano abierta? ¿Fue con la parte delantera o trasera de la mano?”.
¿Eh? Hubo contacto físico. ¿Por qué importa la gravedad?
Después de que el oficial tomó mi declaración, se acercó a la agresora. Otro policía estaba inexplicablemente molesto de que yo estuviera (legalmente) tomando fotos en primer lugar. La ironía: Justo sobre nuestras cabezas, una esfera de la policía de Toronto estuvo grabando las actividades.
El oficial interrogó a la mujer. Ella todavía estaba histérica. Bien. La policía se encontraría de primera mano con lo que yo había sido forzado a lidiar antes.
El policía regresó a mí. Ningún cargo sería establecido, dijo, porque creía la historia de la mujer – es decir, que ella sólo estaba tratando de golpear la cámara en mis manos.
¿Entienden? Al parecer, intentar causar daño a la propiedad está bien. Si una cara se interpone en el camino de un puño aspirante a destrozar … eyy, los accidentes pasan.
Los testigos sirios estaban mudos. Seguí defendiendo mi caso.
Las patrullas de la policía de Toronto están estampadas con el lema: “Para servir y proteger”. Sin embargo, cada vez más, el lema no oficial parece más cercano a “Fido” (“Forget It; Drive On“: “Olvídelo; Siga derecho”).
El hecho de que tenemos islamistas viviendo entre nosotros quienes desprecian los valores occidentales, no es noticia. Pero seguramente usted no puede simplemente golpear a alguien en la boca.
Bueno, al parecer, se puede – siempre y cuando la intención del agresor no sea más que para causar daños a la propiedad.
El mundo al revés. Sólo pensé que ustedes deberían saber.
Coincido y simpatizo con Menzies: el mundo al revés. ¿Qué sigue? ¿Niñas pidiendo que les rebanen el clítoris y cometiendo delitos en contra de los defensores de derechos humanos que nos oponemos a esa salvaje práctica?