Mis diferencias con el candidato Gustavo Petro son varias, no muchas, pero sí muy grandes. Pues hoy ha nacido una nueva. En medio de su campaña para la alcaldía de Bogotá, Petro prometió que enviará a la cárcel a los corruptos:
“Nada de lo que propongamos, y de lo que hemos firmado aquí como un compromiso sería posible si no nos colocamos como objetivo la lucha más profunda contra la corrupción”, agregó. “El que se encuentre robando o que sospechemos incluso, se va a ir a la cárcel”, añadió.
No me malinterpreten. Me molesta la corrupción más que a cualquiera -ciertamente es uno de los motivos por los que no voto-. Pero si hay algo que me moleste más que la corrupción es la violación de derechos humanos como la garantía de tener un debido proceso justo y evidentemente alguien que no entiende que la decisión de enviar a una persona a la cárcel no la toma el ejecutivo sino un juez de la República, con una exposición convincente por un fiscal hasta más allá de la duda razonable, no está en capacidad de ostentar ningún cargo público.