Parece que el corte autoritario y dictatorial de la alcalde Clara López Obregón no conoce límites. Una vez más, la característica principal del gobierno capitalino es la de amputar libertades civiles. No feliz con prohibir la venta de licor entre las 11 de la noche y las 10 de la mañana, ahora cree que su ‘proteccionismo’ también se debe extender al ámbito educativo y prohibir el expendio de bebidas alcohólicas cerca de los centros educativos:
Su propuesta es proscribir el expendio de licores cerca de los centros pedagógicos, de 10 de la mañana a 5 de la tarde. Según ella, así se defendería el derecho a la educación y se protegería a los jóvenes de los efectos nocivos del consumo.
Ya estoy cansado, aburrido hasta lo indescriptible que este gobierno retrofacho se excuse en mi protección para renunciar a sus obligaciones, mediante la facilista y perezosa medida de recortar mis libertades.
Si ellos no quieren que se consuma licor y que se se den riñas por la venta del mismo, lo que deben hacer es campañas, promover actividades que sean más llamativas a los estudiantes que irse a beber, aumentar la seguridad de los estudiantes en toda la ciudad, cuya inseguridad está desbordada y es SU obligación evitar que esté así.
El único proteccionismo que me gusta es el que garantiza el libre ejercicio de los derechos y libertades y, económicamente, el que garantiza la competencia justa y equitativa. Lo demás son excusas y afortunadamente tengo muy bien puestas mi facultades críticas como para cuidarme muy bien a mí mismo. No necesito de su populista y demagoga falsa preocupación.
(dato: Zipacón Malkav)