Algunos pensábamos que era imposible. Pero nos han probado que nos equivocamos. Creo que la idiotez es un barril sin fondo y si tiene fondo, Hugo Chávez será el primero en descubrirlo:
Invocando a Dios, a los espíritus de la sabana y a la ciencia médica para derrotar la enfermedad, el mandatario insiste una y otra vez en que ha renacido: “No es que es otro Chávez, soy yo mismo. Pero es como una nueva etapa de mi vida, más diversa, más reflexiva, más multifactorial”.
Ufff, ¿por dónde empezar? Ahhh, sí. Por la estupidez más grande: dios. Es que ni siquiera es una pseudociencia. Es una superstición. Es como invocar a Pinocho, a Thor, a Zeus, a Supermán o a Harry Potter para mejorarse.
Siguen los espíritus de la sabana. Más superstición.
La ciencia médica. Lo único que funciona independientemente de las estúpidas creencias con que se invoque la mejoría.
¿Un Chávez más diverso? ¿Qué hará en pos de esa diversidad? ¿Ya no sólo le dará refugio y protección a las Farc y el ELN sino también a los paramilitares colombianos?
En cuanto a lo de reflexivo, lo dudo.
Y en cuanto a lo de ser más multifactorial, eso es poner de manifiesto su supina ignorancia. ¿Quiere decir eso que Chávez es ahora más que nunca una función matemática (?)? ¿O quiere decir que ahora Chávez es más que antes la herencia de una característica fenotípica atribuible a dos o más genes (?)? Porque… no hay más multifactoriales.
