Que unos crean en un vengativo y fascistoide dios del desierto no hace que los que creen en el otro vengativo y fascistoide dios del desierto no puedan ser también terroristas.
Ayer Noruega fue víctima de atentados terroristas cristianos:
Breivik ha sido acusado formalmente en relación con la bomba que mató a siete personas en Oslo, la capital, y el ataque indiscriminado, un par de horas más tarde, en la cercana isla de Utoya, en que murieron por lo menos 85 personas, la mayoría adolescentes que estaban en un campamento juvenil afiliado al gobernante Partido Laborista.
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En la página de Facebook atribuida a él, se describe a sí mismo como cristiano y conservador.
¿Qué dijeron? ¿Que eso eran cosas del pasado pre-ilustrado del cristianismo (como si hoy fueran muy ilustrados)? ¿Que eso era potestad exclusiva del islam? Pues no. Una vez más, la realidad interfiere la cosmovisión de los creyentes.
