En muchas ocasiones me he referido a la anticientífica y degradante teoría funcionalista, primera de las Teorías de la Comunicación, que afirma que los individuos cumplen un papel en la sociedad y los medios de comunicación están para reforzar ese papel y decirle a cada quién cuál es su función.
Si a alguien no le incomoda que lo traten como un engranaje de una maquinaria, en vez de como una persona, a lo mejor tampoco le molesten las otras conclusiones a las que llega tan aberrante proposición.
Por ejemplo, el hecho de que los vagabundos, los pordioseros, los gamines y los habitantes de la calle no cumplen ninguna función en la sociedad significa que sobran. Sí, entre otras cosas, esta teoría es una justificación de la llamada limpieza social y lamento no poder decir que no hay gente que la ponga en práctica:
Un habitante de la calle fue incinerado en Pereira
El hombre dormía en la tarde del lunes (18 de julio), en una de las bancas del parque La Libertad.
Las llamas que se apoderaron de su cuerpo en cuestión de segundos, acabaron con la siesta de Juan David, un habitante de la calle de quien no se conoce el apellido.
Según Juan Carlos Vélez, personero de Pereira, el hecho ocurrió en el parque, ubicado en la calle 14, con carrera 12, en el centro de la capital risaraldense. “El hombre dormía cuando fue sorprendido por unos hombres que le arrojaron un líquido inflamable, y quienes inmediatamente después de mojarlo, le prendieron fuego con un encendedor. Al parecer fue gasolina, lo que le lanzaron las personas, de las que no se ha podido establecer su identidad, y que se movilizaban en un automóvil”, explicó Vélez calificando el acto de “repulsivo”.
Hago un llamado a que se lo piensen dos veces antes de volver a sugerir que los medios de comunicación nos manipulan o nos controlan o nos ponen a actuar según los lineamientos de los que están en el poder o “detrás del telón”.
No sólo es una estupidez conspiranóica y anticientífica del tamaño de una supernova, sino que también es una justificación de una de las más deshonrosas y monstruosas ideas.