Haciendo caso omiso de la separación entre la Iglesia y el Estado y siguiendo las órdenes de sus amos de la Iglesia Católica, el partido está proponiendo una reforma constitucional para prohibir el aborto en los tres casos en los que lo permitió la Corte Constitucional y cualquier otra eventualidad.
En su recta final se encuentra la elaboración del proyecto de reforma constitucional que busca acabar con el aborto en el país en sus tres excepciones (cuando la vida de la madre corra peligro, cuando hay malformaciones y en casos de violación).
El Partido Conservador, promotor de la iniciativa, apoyado por la Iglesia Católica, confirmó que cuenta con más de 50 mil firmas que respaldan el acto legislativo.
O sea: con cerca de 50 mil apoyos, el partido quiere desconocer los derechos reproductivos de casi 23 millones de mujeres y bajo su hipócrita “defensa de la vida”, estarían condenando a morir a muchas mujeres cuyo embarazo fuera inviable.
Los argumentos de estos títeres de la Iglesia Católica brillan por su ausencia:
De todas maneras, afirmó, el proyecto es de carácter ecuménico, pues tendrá el respaldo de organizaciones religiosas de diferente índole, incluyendo musulmanes, evangélicos y judaicas, entre otras.
¡Eso lo hace peor, no mejor!
No puedo más que desear que todos los embarazos de sus mujeres pongan en riesgo la vida de la futura madre (lo que resultará en su muerte… o no) y que la eventual persona que nazca -si sobrevive-, resulte gay, de izquierda y defensora de los derechos humanos.