Si a alguien, además de las lapidaciones, le molesta la misoginia y el machismo con los que se identifica y el islam, a lo mejor esta noticia le moleste.
Puede que los multiculturalistas estén cómodos con que el único sospechoso capturado por la mutilación de Bibi Aisha haya sido dejado en libertad, pero yo no:
El único sospechoso detenido en el caso de una mujer mutilada por dejar a su marido ha sido puesto en libertad, dijeron el lunes funcionarios afganos locales y el padre de la mujer, en una decisión que ha enfurecido a los defensores de los derechos humanos y a los familiares de la mujer.
El sospechoso, Sulaiman, quien como muchos afganos tiene un solo nombre, fue soltado con el conocimiento del gobernador en la provincia del sur, Oruzgan, dijo el fiscal provincial, Ghulam Farouq. Los oficiales de policía habían dicho que el Sr. Sulaiman, el suegro de la mujer, había confesado haber participado en la mutilación en el 2009, aunque el Sr. Farouq dijo que recientemente había insistido en que era inocente.
El lunes, el Sr. Farouq dio dos razones diferentes para la liberación del Sr. Suleiman: que no había nadie en Afganistán para defender la causa contra él -porque la víctima se encuentra actualmente en los Estados Unidos- y que él no cortó la nariz de la chica .
“Si alguien comete un delito, entonces nadie más debe ser castigado o detenido”, dijo Farouq. “El crimen fue cometido por su hijo, Quadratullah, y este hombre inocente fue encarcelado durante 11 meses”.
El gobernador de la provincia de Oruzgan, no pudo ser contactado para hacer comentarios el lunes.
La mujer, Bibi Aisha, llamó la atención nacional cuando la revista Time usó una foto de ella en su portada en agosto del 2010, con la sugerencia de que esto era lo que iba a pasar a las mujeres si Occidente se iba de Afganistán. Prometida desde niña, Aisha (Bibi es un título honorífico; Aisha pidió mantener su su apellido) había huido de su matrimonio arreglado con un combatiente talibán, pero fue capturada y llevada de vuelta a la aldea donde su marido, su suegro y dos cuñados le cortaron la nariz y las orejas después de obtener la aprobación de los mullahs talibanes locales, dijo el padre de Aisha, Mohammedzai, quien fue entrevistado por teléfono el lunes.
Añadió que el Sr. Sulaiman fue una de las personas que sostuvieron a su hija mientras el esposo la cortaba. La mutilación se realizó en Chora, un área remota de la provincia de Oruzgan. Abandonada a la muerte, Aisha huyó a la seguridad de un refugio para mujeres en Kabul, dirigido por el grupo de defensa de Mujeres para las Mujeres Afganas, que publicó su difícil situación un año después.
“El hombre que dejaron escapar, era el suegro de Aisha”, dijo el Sr. Mohammedzai, con la voz quebrada mientras hablaba. “Él estaba allí en el momento en que le cortaron la nariz y cometían esa crueldad contra ella. Fue uno de los culpables y debió haber sido castigado, pero el gobierno lo puso en libertad”.
“No sé quién lo puso en libertad”, dijo. “No sabemos en absoluto. O es la debilidad del gobierno o nuestra debilidad. No tenemos dinero para pagarle al gobierno y no tenemos a alguien en el gobierno para que nos apoyen”.
Los demás autores no han sido detenidos porque el área está controlada por los talibanes y la policía no puede entrar en ella, dijo la policía. El marido de Aisha, Quadratullah, que es un comandante talibán, huyó a Pakistán o va y viene, de acuerdo con los defensores de derechos de las mujeres que han seguido el caso.
Con la ayuda de los grupos de mujeres sin ánimo de lucro y la Embajada de Estados Unidos, Aisha fue más adelante a los Estados Unidos, cuando una fundación se ofreció a financiar una cirugía reconstructiva. Sin embargo, las operaciones aún no han tenido lugar porque los médicos sintieron que ella todavía estaba demasiado afectada para manejar las múltiples cirugías que serían necesarias, así como el largo período de recuperación, dijo Manizha Naderi, que dirige Mujeres para las Mujeres Afganas, que también ha ayudado a organizar la atención de Aisha en los Estados Unidos. Ahora viviendo en Nueva York y aprendiendo inglés, Aisha ha estado emocionalmente afligida, a pesar de que se va estabilizando, dijo la señora Naderi.
“Cuando alguien pasa por violencia como esta hay trauma después”, dijo. “Durante mucho tiempo, tenía pesadillas de que venían tras ella otra vez y le cortaban la nariz y otra vez”.
“Es muy malo que él quede libre”, dijo la Sra. Naderi sobre la liberación del Sr. Sulaiman. “Esto envía un mensaje de que no importa cuán violenta o qué tan cruel sea el crimen; si usted tiene conexiones o dinero puede salir a la calle. Esto demuestra que el sistema de justicia es muy débil y corrupto”.
El abogado afgano de Aisha, Niamatullah Sarabi, dijo que no había sido informado de la liberación del Sr. Sulaiman, sino más tarde y que con el caso que había llevado en contra del Sr. Sulaiman no había ido a ninguna parte.
Activistas de derechos humanos dijeron que la liberación demuestra la profundidad de los problemas en el sistema de justicia del país.
“La impunidad siempre ha sido de esperarse” en el sistema de justicia, dijo Nader Naderi, director adjunto de la Comisión Afgana Independiente de Derechos Humanos. “La liberación de él, es una traición a las mujeres que buscan la justicia y de la policía que trató de arrestarlos”.
El fiscal provincial, el Sr. Farouq, quien dijo que era nuevo en la provincia de Oruzgan, dijo que desde que llegó hace unos meses, el Sr. Suleiman había insistido en que él no era culpable. “Fue una crueldad enorme mantenerlo durante 11 meses en la cárcel”, dijo.
“Le pregunté a mis colegas si era inocente y los colegas, dijeron que él no estuvo presente en el incidente, él estaba fuera del país en ese momento y fue detenido cuando regresó con el fin de que ayudara a la policía y al fiscal para arrestar a su hijo”.
Por otra parte, al menos cuatro hombres que trabajaban para remover las minas terrestres desde el oeste de Afganistán fueron encontrados decapitados el domingo y el lunes. Ellos habían sido secuestrados con 24 de sus colegas, quienes fueron puestos en libertad el lunes, según las declaraciones de las autoridades afganas, las Naciones Unidas y la el Centro de Coordinación de Acción contra las Minas de Afganistán.
A pesar de que soy colombiano y debería estar acostumbrado, me molesta sobremanera la forma en que las garantías del derecho penal occidental se utilizan para amparar a criminales y delincuentes.
Por otra parte, no entiendo al papá de Aisha. Viviendo entre semejantes joyitas de gente y ¿va y regala a su hija menor de edad para que sea desposada con un tiránico comandante talibán, que está más que demostrado que ella no quería? Resulta un poco hipócrita ahora salir a llorar por ella. Si a ella le hicieron esa salvajada, fue porque él en primer lugar la donó a esa familia de bárbaros incivilizados, así que sobre él recae parte de la culpa. ¿Cómo puede alguien, que arregla el matrimonio de su hija menor de edad, quejarse porque la familia que la recibe le viola sus derechos?
También me gustaría saber cómo carajos es que está diseñado el código penal de ese pobre país. ¿No hay nadie que persiga la acción penal? ¿Que no existe lo equivalente a la denuncia interpuesta por tercera persona? ¿Qué tal ese quejumbroso e hipócrita papá? ¿O el abogado de ella, el tal Niamatullah Sarabi?
Estoy en contra de la invasión que EEUU hizo de Afganistán, pero eso no significa que considere que cuando salgan del país éste va a mejorar. Por el contrario, creo que la ilegítima invasión gringa ha servido para evitar que más casos como el de Aisha sucedan. Creo que nunca antes había tenido más sentido la expresión “quedar en manos de Alá”.