De todas las instituciones sobre la faz de la tierra, de la última que esperé que se opusiera al regreso de la cadena perpetua propuesto por la senadora Gilma Jiménez, era la Iglesia Católica.
Vaya, que me llevo una sorpresa:
La Iglesia Católica mostró de nuevo su negativa ante la posibilidad de que los violadores de menores tengan prisión perpetua, al considerar que se debe hacer un análisis médico para determinar si se trata de criminales o personas enfermas que deben ser recluidas en hospitales psiquiátricos.
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Según informó monseñor Córdoba, “someter a este tipo de personas a cadena perpetua suena demasiado fuerte, si es una persona enferma por cuestiones psiquiátricas no sería recluido en cárceles sino en psiquiátricos”.
Al ser consultado por el caso del violador de menores Luis Alfredo Garavito, conocido como “La Bestia”, sindicado del homicidio y violación de por lo menos 176 niños, el prelado manifestó que se trata de una conducta de un hombre enfermo y por lo tano debería estar recluido en un centro médico.
Aunque claro que no me creo un ápice lo que diga la Puta de Babilonia. Para mí, que están abonando el terreno para que sus pederastas clérigos no paguen cárcel:
Dijo además que Garavito necesita atención médica, ya que es una persona que no puede controlarse, “esa enfermedad ya no depende de él, es una cuestión que tiene unas compulsiones de tipo enfermizo para actuar así, entonces en un hospital siquiátrico está recluido para siempre y está con seguimiento siquiátricos y con medicinas y medicamentos para ayudarle”.
Aunque siendo completamente sinceros, esto tiene cierta lógica, retorcida, pero lógica – uno tiene que ser un enfermo mental para ser sacerdote y en esa medida, el más obvio lugar para encontrarlos y encerrarlos debe ser un psiquiátrico.
En cuanto a la cadena perpetua, no encontré mejores términos: cómo será de retrasada Gilma Jiménez en cuanto a materia criminal se refiere que incluso la mismísima Iglesia Católica, a la que le cuesta ponerse al día con la más elemental ética de las personas comunes y corrientes, considera que su propuesta es retrógrada.