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Opus Day

¿Alguna vez he mencionado que la religión es mentirosa, fascista, sectaria, paleoconservadora y esclavizante?

Si no lo he dicho, lo digo ahora que miembros del Opus Dei están acusados de esclavizar a una adolescente y adoctrinarla secretamente durante 13 años:

La demanda fue impulsada por una joven identificada como Catherine T., que en 1985 ingresó sin saberlo al Opus Dei al entrar en una escuela del norte de Francia para seguir una formación de empleada de hotel.

La adolescente fue rápidamente puesta en manos de una “preceptora” que en realidad era una “directora de conciencia”, antes de ser obligada, en 1987, a asumir los votos de la Obra: obediencia, pobreza y castidad, según su propio relato.

Catherine T. se convirtió entonces en “numeraria auxiliar”, es decir, encargada de tareas domésticas.

Durante 13 años, la joven tuvo numerosos contratos de trabajo en el seno de organismos o asociaciones que según su abogado, Rodolphe Bosselyt, “dependían exclusivamente del Opus Dei”.

Catherine afirma que sin vacaciones ni salario correcto limpió, acomodó y sirvió todos los días de 7 a la 21 horas, fines de semana incluidos y asegura que fuera del trabajo siempre estaba acompañada por un miembro de la Obra.

Inclusive fue a un médico del Opus a quien consultó por su estado de salud y éste le prescribió calmantes.

Su calvario concluyó cuando a fines de enero de 2001 sus padres lograron recuperarla durante el fin de semana familiar que le otorgaba el Opus Dei.

A los 29 años, Catherine sólo pesaba 39 kilos.

A fines de 2001, la muchacha presentó una demanda ante la justicia francesa. Su abogado denunció una “manipulación mental”, “condiciones de trabajo embrutecedoras” y “una situación de dependencia económica”.

A pesar de los votos de pobreza, el Opus Dei cuenta con unas arcas casi inagotables debido a los diezmos -tan voluntarios como el ‘trabajo’ de Catherine- que dan sus miembros. ¡Probablemente cuenten con buenos abogados! Por cierto, alguna vez mientras estudiaba derecho, un compañero mío pertenecía a la Obra. Debo decir que no le faltaba aplicación, pues siempre tenía las tareas listas y no faltaba nunca a clase, aunque en alguna ocasión abrió un foro para que discutiéramos sobre el aborto y lo llenó con citas de sacerdotes, obispos, cardenales -en fin, cuantos puestos se puedan escalar en la pederasta institución- hasta encíclicas y nunca fue capaz de dar un solo argumento en el marco del derecho.

He tenido la fortuna de que amigos míos abandonaron la “Obra” y por lo que cuentan, para el Opus, criticar a Escrivá de Balaguer es tan malo como criticar la religión o a dios; a los miembros se les amenaza constantemente con el infierno y así consiguen controlarlos mentalmente, creándoles un desasosiego y una culpa de proporciones catastróficas; separan a las mujeres de los hombres, está prohibido que haya cualquier tipo de contacto con las personas del servicio e incluso las casas de la Obra tienen un espacio para los miembros y otro para la servidumbre, asegurándose que nunca se crucen; de hecho los dirigentes llegan a los extremos violar la correspondencia ajena y ocultársela a sus miembros.

Aquí en Colombia hay una Universidad dirigida por el Opus Dei. Mi tía trabajó allá hasta que la despidieron por sugerirle a un alumno con hambre de conocimiento, un libro de Erich Fromm, que por supuesto no estaba en la lista de libros ni autores permitidos.

Muy buenos abogados, idiotas útiles expertos en violar la ley legalmente para que su delincuente organización siga impune, negando la realidad del mundo en el que viven, discriminando a los homosexuales y a las mujeres.

¡Ojalá esos esclavistas sean condenados a la máxima pena por esclavitud!

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