En Yahoo! Answers alguien por el nombre de JT hizo la siguiente pregunta:
¿Cuál es la mejor forma para evitar que tu hijo se convierta en ateo?
No quiero que mis niños sean castigados por Dios.
La respuesta, magistral, al parecer consiguió que el autor de la pregunta la borrara. Afortunadamente existe un registro gráfico que reproduzco acá::
No los eduques, ni los expongas al pensamiento crítico, la lógica o la ciencia.
Miénteles constantemente acerca de cómo funciona el mundo. Aliméntalos con una dieta constante de monsergas disfrazadas de conocimiento real -como el pseudoargumento creacionista de que las piezas de un jet jumbo no se ensamblan en un tornado, por ejemplo- y pretende que es profunda sabiduría.
Hazlos odiar sus cuerpos y funciones naturales. Convéncelos de que son pequeños y débiles y no valen la pena y necesitan ser redimidos. Diles que todo lo divertido es gravemente erróneo, incluso de sólo pensarlo, y que su única diversión debería ser la de denigrarse ante un amigo invisible.
Asegúrate de que resientan a cualquiera que no es como ellos en cualquier forma – color de piel, nacionalidad, opinión política pero más importantemente el credo. Representa a esas personas como malvadas y viles y dales -a las impotentes minorías- el poder ficticio de oprimir y perseguir de alguna forma a la vasta mayoría, quienes piensan igual que tú.
Enséñales a reírse y desechar cualquier fe menos la de ellos. Temprano -a una muy temprana edad- asegúrate de que les enseñas la diferencia entre el error mortal supersticioso – el del delirante lunático en el desierto al que se le dijo la verdad acerca de un vicioso dios que mataba gente; y la verdad divina y eterna – ese otro delirante lunático en el desierto al que se le dijo la verdad acerca de un vicioso dios que mataba gente.
Instrúyelos con toda la severidad del caso sobre la importancia de nunca hacerse preguntas por sí mismos -que nunca piensen por sí mismos – que nunca vivan por sí mismos – pero que busquen las respuestas solamente en uno y sólo un conjunto de cuentos populares medio-iletrados de la edad de bronce.
Por encima de todo -y no hay forma de hacer más énfasis en esto- asegúrate de que no pueden deletrear, tener buena gramática o entender las palabras básicas del idioma.
Con eso debería bastar.
¡Debo decir que me ha parecido fabuloso!