Parece que el país ibérico no se podía quedar adelante de Perú y la India y durante la constitución de la nueva corporación de Almoradía se han pasado por la faja el laicismo y aconfesionalidad del Estado que establece la constitución española:
El pleno de constitución de la nueva Corporación de Almoradí estuvo marcado por la colocación en la mesa ante la cual los nuevos ediles tenían que prometer o jurar su cargo de un crucifijo de metal de casi 40 centímetros de alto que presidía el acto. El crucifijo continúa con la polémica generada por Juan Cotino el pasado viernes en las Cortes Valencianas, en las que colocó durante el acto un crucifijo frente a él y anteponiendo su voluntad personal a la aconfesionalidad del Estado.
El símbolo religioso pasó prácticamente desapercibido hasta el momento en el que le tocó prometer el cargo a la nueva concejal de Izquierda Unida, María Jesús Pérez (esta formación es la única que ha crecido en Almoradí pues ha pasado de uno a tres representantes). La nueva edil solicitó al secretario municipal que se retirara el crucifijo antes que ella ratificara el cargo, a lo que el numeroso público asistente se dividió entre gritos, aplausos y abucheos. La algarabía que se formó en el salón fue aprovechada por el regidor, que repite, Antonio Ángel Hurtado (Partido Popular) para reclamar que el crucifijo no se moviera del lugar y permaneciera en todas las tomas de poder siguientes.
¡¡Qué vergüenza de juramentos!!
Hasta lo tienen en video: