Por estos días, el pueblo croata padece la visita del Papa Ratzinger, quien fue a esparcir mentiras, que es la única función de cualquier líder religioso:
En el segundo día de su visita a Croacia, bastión del catolicismo romano en los Balcanes, el Sumo Pontífice realizó una misa al aire libre y abordó uno de los temas más recurrentes de su pontificado.
“Nos vemos forzados a admitir la expansión del secularismo, que lleva a la exclusión de Dios de la vida y a una creciente desintegración de la familia, especialmente en Europa”, dijo en su sermón.
En declaraciones en el día en que Croacia celebra su ‘Día de la Familia’, el líder católico criticó prácticas como el aborto, la convivencia como un ‘sustituto del matrimonio’ y el uso de los métodos anticonceptivos artificiales.
La nota en cuestión es perversamente selectiva. Además de decir cosas sin sentido, Ratzinger también visitó la tumba de Alojzije Stepinac, un arzobispo católico y nazi, quien ofreció protección clerical a los nazis que se encontraban en Los Balcanes, en consonancia con las directrices y la ideología católica:
“Los supervivientes del Holocausto se unen a todas las víctimas del régimen pronazi ustasha expresando su decepción por el homenaje del papa Benedicto XVI al cardenal Stepinac“, recalcó en un comunicado Elan Steinberg, de la asociación estadounidense “American gathering of Holocaust Survivors and their Descendants“.
“Stepinac era un defensor ardiente de los ustashi cuyas crueldades fueron tan extremas que incluso chocaron a algunos de sus jefes nazis”, añadió Steinberg en este comunicado.
¿Será que los de la American gathering of Holocaust Survivors and their Descendants están ciegos? ¿O será que no leen noticias?
Como sea, no se han enterado de la agenda de Ratzinger para devolver la Iglesia Católica -y arrastrar con ellos a la mayor cantidad que puedan del mundo civilizado- de vuelta a la Edad Media.
El biógrafo de Stepinac, Stella Alexander, comenta en su libro The Triple Myth: a life of Archbishop Alojzije Stepinac cómo, durante el inicio del exterminio sistemático de serbios a cargo de las milicias ustasha, en los informes de Stepinac al Vaticano, siempre hablaba favorablemente sobre el régimen Ustaša, además de declarar su aversión por los serbios, cuya religión, según él, era “la maldición más grande de Europa”.
De sus amistades y cercanía con los nazis croatas, al mando de Ante Pavelić, el sanguinario Poglavnik, no cabe duda alguna. De hecho hay registros fotográficos de estas relaciones.
Este no es el primer guiño que el Vaticano le hace a las atrocidades ustashas promovidas y celebradas por Stepinac. El 9 de Octubre de 1981, el Vaticano empezó el proceso de beatificación de este alfil del fascismo croata y el 11 de Noviembre de 1997, el mismo Papa, Juan Pablo II, declaró que Stepinac había sido un martir, lo que según determina la Iglesia Católica, lo volvía automáticamente un santo.
Así es: la Iglesia Católica no sólo tiene entre sus santos a pederastas. También hay nazis, o sea la peor escoria y basura que ha conocido la humanida, como Alojzije Stepinac.