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La conspiranoia “chemtrail” llega a Colombia

Vía Twitter, el portal de noticias Barrios de Bogotá escribió esto:

Sr Santos: Favor decirle a los militares gringos “No más chemtrails” – no necesitamos más lluvia. Gracias.

Mi reacción no se hizo esperar y empezamos una discusión que finalmente no llegó a nada.

Sin embargo, entre lo que vi, me encontré con una supuesta noticia de ellos titulada “Chemtrails” o “nubes químicas” vistas sobre Bogotá. El artículo es un completo desperdicio:

Hoy 22 enero a las 10:30 a.m., fue vista una aeronave dejando una pista de químicos mientras sobrevolaba Bogotá. Estos aviones y pistas no son nada nuevo en el mundo dado que durante más de 10 años han sido identificados haciendo esto en los cielos. Sin embargo, y debido al internet, su reconocimiento mundial ha sido un fenómeno ya comentado en lugares como los Estados Unidos, Inglaterra, Escocia, Nueva Zelanda entre otros países y la internet está llena de observaciones (videos y fotos) desde todos los rincones del mundo.

Y claro que no son nada nuevo. Son lo más normal del mundo. Hasta los miembros de la tripulación de la Estación Espacial Internacional ven estas estelas.

Sigue el conspiranóico medio bogotano:

Estos químicos han sido relacionados con el encuentro después de metales tóxicos en las tierras – en particular aluminio. ¿Es coincidencia que en los últimos días se hayan encontrado aguas contaminadas con mercurio en Bogotá? Quien sabe. Lo que si sabemos es que este tema es de la más alta prioridad para los bogotanos y colombianos.

No. Este tema no es de ninguna prioridad. El aumento del tráfico aéreo ha generado que la presencia de esas estelas aumente.

En cuanto a los químicos: el agua del río Bogotá siempre ha sido muy sucia. Su nivel de contaminación sí es un tema de alta prioridad.

No voy a seguir citando sandeces más bien pondré información útil, copiando y traduciendo la entrada del Skeptic’s Dictionary sobre chemtrails:

De acuerdo con varios teóricos de la conspiración paranoica (TCP), los chemtrails parecen contrails pero son creados intencionalmente por personas desconocidas para envenenarnos con productos químicos desconocidos por alguna razón desconocida (Thayer).

Un TCP, William Thomas, afirma que las estelas químicas son parte de una “operación gubernamental encubierta masiva, para retrasar el calentamiento global mediante el aumento de la cantidad de luz solar que se refleja hacia el espacio” (Sheaffer). Que un gobierno que, hasta hace poco, ni siquiera reconocía que el calentamiento global es una gran preocupación tuviera un programa secreto para retrasar el calentamiento global es curioso. No obstante, los TCP’s creen que ha habido un cambio notable en las formaciones de las nubes en la última o las últimas dos décadas y que esto es evidencia de que algo siniestro está ocurriendo. Puede que tengan razón, pero como un crítico de los TCP observa: si ha habido un cambio notable en los patrones de nubes a gran altitud en los últimos diez a veinte años, el cambio puede ser debido al calentamiento global (Wickson).

Los contrails son estelas de condensación formadas detrás de los jets cuando se queman combustibles en la tropósfera superior, donde “las temperaturas son muy bajas y las gotas de condensación rápidamente se congelan volviéndose cristales de hielo” (Reynolds). “Cuando se quema, el combustible que contiene hidrógeno se combina con el oxígeno del aire para formar vapor de agua, entre otros subproductos” (Wickson). “Los contrails se forman cuando el vapor de agua en los tubos de escape de los motores de los jets se congela a la altura de la tropósfera, por donde pasan aviones de pasajeros” (Clarke). Si el aire del ambiente es seco, las estelas de vapor se evaporan casi de inmediato. El aire del ambiente debe estar “cerca de la saturación con agua” para que se forme una estela de condensación (Reynolds).

De acuerdo con William Thomas, “los contrails son líneas delgadas como un lápiz que desaparecen muy pronto, por lo general dentro de un minuto: todo lo demás es un chemtrail, que es a la vez siniestro y malo para la salud” (Sheaffer). Según Tony Thayer:

Los chemtrails (CT’s) se ven como los contrails al principio, pero son mucho más gruesos, se extienden por el cielo y se han establecido en diferentes patrones de X, cuadrículas de triqui (tres en línea), en forma de cruz y en líneas paralelas. En lugar de disiparse rápidamente, los chemtrails se expanden y forman hélices y cirrus uncinus. En 30 minutos o menos, se abren en formaciones tenues que se unen, formando un fino velo blanco o una “falsa nube cirrus” que persiste durante horas. (Thayer)

Los contrails han sido objeto de estudio científico desde hace algún tiempo y se sabe que “son la semilla del crecimiento de las nubes cirrus que pueden llegar a conseguir un tamaño enorme”. Los contrails “parecen aumentar la temperatura global al atrapar el calor reirradiado” (Sheaffer, quien cita un estudio de diez años por el climatólogo francés Olivier Boucher, publicado en Nature 397:30, el 7 de enero de 1999). “Dependiendo de la altitud del avión, y la temperatura y la humedad de los atmósfera, los contrails pueden variar enormemente en su espesor y duración, y por lo tanto en su poder de reflexión o de aislamiento. La mayoría de duran minutos u horas, algunos de duran días” (Clarke). “Suaves filas de nubes creadas por el número cada vez mayor de contrails de avión a veces pueden llenar la mitad del cielo” (Kotulak). Los TCP’s niegan la evidencia científica y mantienen que los contrails no se convierten en nubes hinchadas.

Patrick Minnis, un científico de investigación senior en el Langley Research Center de la NASA en Hampton, Virginia, estudió las imágenes de satélite de las nubes estela de las naves militares durante los tres días que los aeropuertos fueron cerrados en los EE.UU. después de los ataques del 11-S. Se estima que en un día normal, 13.000 aviones cruzan los cielos de la nación. Ellos crean tantos contrails que se cruzan los caminos de los unos y los otros por lo que las imágenes de satélite son sólo un borrón. Minnis encontró que las nubes cirrus formadas a partir de estos contrails duraban un promedio de seis a ocho horas y que desde seis hasta ocho contrails pueden crecer para formar una capa de nubes del tamaño de Massachusetts (Kotulak).

Los TCP’s, basándose en la especulación y la desconfianza general hacia el gobierno, han sostenido que:

1. Las aeronaves militares están “rociando” agentes biológicos o químicos a través de contrails y vuelan en formaciones que a veces se forman extrañas figuras.

2. Un nuevo combustible jet militar, el JP8 con aditivo +100, contiene dibromuro de etileno, y los contrails formados por este combustible están causando diversas enfermedades.

3. Las aeronaves están difundiendo un material tipo tela de araña que provoca diversas enfermedades.

4. Aviones militares están llevando a cabo experimentos de control de tiempo, posiblemente en colaboración con el proyecto HAARP. (Reynolds)

Considere, sin embargo, que cualquier agente biológico o químico liberado a 25.000 pies o más sería absolutamente imposible de controlar, haciendo que cualquier medición de sus efectos sobre el suelo sea prácticamente imposible. (Es de suponer que los autores de esta perversa hazaña se han inmunizado contra los efectos de sus venenos). Tal ejercicio no tendría sentido, a menos que usted sólo quisiera contaminar la atmósfera. ¿Y dónde está la evidencia de las enfermedades contraídas como consecuencia de estos agentes? Sin duda, ¿han sido estos productos químicos identificados y tienen nombre estas enfermedades? (Sí, según Clifford E. Carnicom, quien afirma que analizó las muestras aéreas del nivel del suelo y que contenían un montón de cosas malas.* Por supuesto, tenemos que tener fe en que estas muestras al nivel del suelo se abrieron camino desde algún avión gubernamental que liberó sustancias químicas tóxicas en algún lugar del cielo en algún momento, probablemente en el pasado). Si tienes el deseo de envenenar a tu gente, hazlo en una noche cuando el viento no sople y vuela a baja altitud, para que puedas tener cierto control sobre dónde aterriza tu veneno. Y usa algo que sea invisible. Telarañas y nubes dispersas en la tropósfera podrían aterrizar a más de un millar de kilómetros de donde se arrojaron y serían visibles para mucha gente.

De acuerdo con los TCP’s, los gobiernos y las empresas farmacéuticas nos envenenan porque, como dice uno de ellos: “las personas con enfermedades crónicas son más útiles que los muertos” * ¿Cómo es eso, una persona racional podría preguntarse? Si eres enfermo crónico, entonces necesitas medicamentos caros y eres más fácil de esclavizar. Por supuesto. ¿Por qué no pensé en eso? Por otro lado, si las personas no están enfermas podrían conseguir puestos de trabajo, pagar impuestos, estimular la economía, pagar por sus medicamentos, y trabajar para mí.

Los explicación más razonable para la abundancia de los contrails en tantas formas y tamaños es que (1) se ha producido un aumento en el tráfico aéreo comercial, y (2) el calentamiento global es una realidad. No se sigue de esos hechos -si es que se trata de hechos- que no haya habido experimentos gubernamentales o militares que han involucrado aviones arrojando productos químicos en la atmósfera (véase Cole). Sin embargo, hay un largo camino desde este hecho -si es que es un hecho- a apoyar la idea de que los gobiernos o las empresas farmacéuticas están sistemáticamente liberando productos químicos en las atmósfera para enfermarnos como parte de una retorcida agenda gubernamental.

Lo dicho: los chemtrails son pura conspiranoia.

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