Hace unos días traduje una columna de Christopher Hitchens, Las Locuras de Chomsky, donde este desbarata toda la pataleta antioccidental de Chomsky por la muerte de Osama bin Laden.
Pues la respuesta de Chomsky retrató a Hitchens como un comisario estalinista (¡algo de lo que Chomsky sabrá mucho!). Hitch, por supuesto no va a permitir que el viejo y anacrónico ideólogo del neoestalinismo se salga con la suya así sin más.
Esta es su respuesta en la revista Guernica, titulada Refutaciones de alguien parecido a un comisario estalinista:
George Scialabba confiada y eficazmente re-establece las diferencias entre Noam Chomsky y yo tal como estaban hace casi diez años. En mi artículo más reciente de Slate, sin embargo, yo había buscado brevemente llamar la atención sobre algunos desacuerdos frescos (al menos nuevos para mí) que surgen de los comentarios de Chomsky sobre la muerte de Osama Bin Laden. Estos fueron: (a) su aparente falta de voluntad para creer que la evidencia concluyente que implica a Al Qaeda en las atrocidades del 11-S y (b) su creencia de que Bush es más culpable de crímenes de guerra -o culpable de más crímenes de guerra- de lo que Bin Laden fue. Esto, junto con su despliegue de imaginería y la analogía nazi, se sentía como un alejamiento de lo que yo había llamado equivalencia moral, y hacia la opinión de que los Estados Unidos es o ha sido el bando más culpable.
Un punto del viejo intercambio antes de continuar. Con la palabra “bagatela” yo tenía la intención de hacer el siguiente punto: Si el 11-S se puede comparar en escala y proporción con el bombardeo de Clinton a Sudán, que denuncié más fuertemente que la mayoría de las personas en el momento en que ocurrió, entonces, ¿qué tiene que hacer Al Qaeda para competir con el bombardeo de Camboya, por ejemplo, o los escuadrones de la muerte en América Central y del Sur, o el genocidio en Timor Oriental? La reflexión sobre esto tal vez ralentice a alguien dispuesto a hacer analogías precipitadas. Por supuesto no creo que Chomsky se refiera al 11-S como un incidente insignificante o trivial, y es perverso intentar interpretarme como si lo hiciera.
Ahora en cuanto a la respuesta de Chomsky a mi respuesta. En algunos comentarios más extensos que desde entonces se han publicado, él parece aceptar (como siempre lo había hecho previamente) la responsabilidad de Bin Laden. Él simplemente no acepta, como prueba, las afirmaciones de responsabilidad hechas por el propio Bin Laden. Bien por mí: podemos volver a donde estábamos antes, y debatir más directamente la cuestión más amplia de si el nazi es Bush o Bin Laden. Los dos ya hemos publicado suficiente de esto.
Sin embargo, en una reciente aparición en Syracuse, Chomsky hizo dos acusaciones directas contra mí (es decir, aparte de las acusaciones de que yo soy un histérico despotricador y que soy parecido a un comisario estalinista cuyas opiniones no merecen ninguna consideración). En términos sencillos, lo primero que dijo fue que yo lo había acusado en Slate de decir que el ataque de Clinton contra Sudán era peor que el 11-S. Luego agregó que, si bien él no había dicho eso, ¡yo sí lo había hecho! Me sorprendieron un poco los tontarrones aplausos que esto le valió, ya que un vistazo a mi columna de Slate mostrará específicamente que no hice esa acusación. En cuanto a la idea de que yo he descrito el ataque de Clinton como peor que el de Bin Laden, nunca he creído o escrito esto, y ni siquiera puedo pensar en un comentario mío que podría haber sido malinterpretado para hacer parecer lo contrario. Chomsky afirma que me ha citado en esto antes: lo invito a producir la referencia o a retirar ambas acusaciones.
Como no podía ser de otra forma, de la boca de Chomsky sólo salen afirmaciones que no se sustentan en la realidad. Es una lástima que tenga tanto seguidor. La ceguera ideológica…