Desde hace algún tiempo, los defensores de la Ciencia hemos venido insistiendo en que no hay conocimiento al que no se haya llegado a través de la aplicación del método científico.
Los relativistas culturales se molestan con este tipo de afirmaciones pero es que es la verdad. No existe algo así como conocimiento no-científico. Tiene tanto sentido como afirmar que existe una religión de la paz.
Ahora resulta que el Saber indígena será utilizado para crear fármacos y cosméticos:
La sabiduría de los indígenas y de las comunidades negras y raizales respecto al uso y conservación de los recursos naturales será utilizada por el Gobierno Nacional para extraer y trabajar moléculas que sean útiles en la creación de fármacos, cosméticos e incluso sustancias para el control de plagas.
Pero que los multiculturalistas no se pongan a celebrar. Si seguimos leyendo, veremos que se nos da la razón es a nosotros:
La riqueza de regiones como la Sierra Nevada de Santa Marta, el Chocó y el Amazonas será estudiada y analizada en sus particularidades científicas, de manera que puedan ser usadas en diferentes sectores de la economía.
“Hemos visto que la biodiversidad está dispersa y en regiones donde, generalmente, hay poco desarrollo… La idea es crear centros de investigación en estos lugares con este propósito y aprovechar, por ejemplo, el conocimiento tradicional de sus habitantes sobre el uso medicinal de ciertas plantas para incorporarle investigación”, afirmó el director de Colciencias Jaime Restrepo Cuartas en el marco de la séptima versión de la cumbre Faculty Summit, organizada por esta entidad y Microsoft Research, que se desarrolla en Cartagena.
Tan sencillo como lo hemos venido afirmando: la medicina alternativa será puesta a prueba y si supera los estándares del método científico la empezaremos a llamar “medicina”.
Ya era hora de que alguien hiciera esto. Lo único que pido es que si un componente activo demuestra no servir para absolutamente nada -científicamente hablando-, dejen de dignificar cualquier práctica que lo involucre. Empecemos a llamar las cosas por su nombre, que en este caso sería “ritual”.