La religión islámica tiene muchas cosas muy risibles y absurdas -por lo general lo uno es consecuencia de lo otro-, pero esta amenaza ya es el colmo del sinsentido musulmán:
al-Qaeda se compromete a continuar sus ataques contra Occidente y afirma que la muerte de Osama bin Laden será “una maldición que perseguirá a los estadounidenses y sus agentes”.
¡¡Una maldición!! Como si se tratara de unos chamanes tratando de asustar con vudú a un ingenuo cliente.
Un momento. Es precisamente eso: unos vulgares estafadores y mentirosos que afirman tener conexión especial con lo sobrenatural y utilizan ese vínculo para atemorizar a quienes no se creen su superstición. El problema está precisamente ahí: no creemos en “maldiciones” (hablo por los occidentales con un mínimo sentido común).
En fin, que poner de manifiesto lo patentemente burda que resulta la superstición organizada nunca había sido tan fácil.