Por ejemplo, en Medellín anuncian que hubo un balance positivo en el día sin carro:
Por su parte Rafael Nanclares, secretario de Transporte y Tránsito de Medellín, afirmó que la ciudad “está dando un ejemplo para el mundo de buen comportamiento y que se está metiendo en el cuento ambiental de manera seria”.
Según último reporte de la Secretaría, 80 personas han sido sancionadas por incumplir a la jornada, y el metro ha trasladado a más de 200 mil personas.
No puedo más que preguntarme: ¿son la coacción y la amenaza la forma en que un Estado consigue un balance positivo?
Un total de 120 agentes de Tránsito vigilan las calles para garantizar que se cumpla el ‘pico y placa’ y el mandato de que todos los autos particulares que circulen deben tener, al menos, tres ocupantes.
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Es la primera vez que el Día sin Carro tiene carácter de obligatorio y es castigado con una multa de medio salario mínimo (267 mil pesos). A la jornada se unieron los municipios de Medellín, Barbosa, Copacabana, Girardota, Bello, Itagüí, Envigado, Sabaneta, La Estrella y Caldas.
¿No sería un balance positivo si las personas dejaran de sacar sus carros por la simple convicción en vez de la necesidad de una sanción y represión por contravenir la campaña?
Sanción por lo demás absurda y autoritaria: ¿de cuándo a acá no le es dado a uno utilizar sus propios medios para transportarse? ¿por qué el Estado encuentra viable el recorte de libertades para deshacerse de su obligación de proveernos con vías transitables? Es la casi imperceptible imposición de toques de queda.
Por lo demás, el “cuento ambiental” se ha vuelto un discurso tan autoritario y fascista que ningún político se atreve a hablar en su contra. Además es un “cuento ambiental” más bien chimbo: ¿por qué no incentivar el uso de vehículos que no sean con gasolina? He ahí una propuesta por la que yo votaría: Promover e incentivar el uso del carro particular, siempre y cuando sea amigable con el ambiente.
Día sin carro porque “hay muchos carros”. ¿Y qué van a hacer cuando haya muchos ciudadanos? ¿El día sin gente? ¿Cómo lo llamarán, “pico y cédula”?