¿Y qué más voy a poder pensar si gran parte de las cosas que publican en esas secciones deja mucho que desear? De no ser porque he visitado las salas de redacción y no me he encontrado con ningún salón así, esa sería la imagen mental que tendría de esos sitios.
Para la muestra, esta vez El Tiempo se consiguió a Ximena Duque, coach holística -lo que sea que eso signifique-, para que exponga cómo vivir la Semana Santa a plenitud:
El cuerpo y la mente no distinguen entre miércoles o domingo; eso es un paradigma que le metimos a nuestra cabeza.
Si lo metimos en nuestra cabeza, ¿cómo es que la mente no va a hacer la distinción?
Somos cuerpo físico, mental y espiritual, y hay que darles a todos un equilibrio.
Ningún “cuerpo físico, mental y espiritual”. ¿Dónde está ese espíritu? ¿Hay acaso pruebas de él? No, no las hay.
Meditación para todos
1 .En su casa
Una sus manos a la altura del corazón, con las palmas juntas y los pulgares hacia el techo. Cierre sus ojos y ponga en blanco su mente.
Invoque a Dios, a los ángeles, a la virgen o a los seres de luz. Siga sus creencias. Sea consciente de que se va a unir a ellos y de que ellos son energía divina. Respire en la forma indicada y haga el ‘om’ (mental o verbalmente), que le ayuda a concentrarse con su parte espiritual. Comience a meditar.
¿Siga sus creencias? Ya entiendo la parte de ‘holístico’. Es algo así como el ecumenismo: todos bienvenidos siempre y cuando tengan un dictador celestial.
Esta persona no puede en serio pretender que alguien se va a unir a dios y que alguien más se va a unir a los seres de luz. A diferencia de su holística visión, a mí no me importa decirles que no todos pueden tener la razón. Errar es humano. Lamento magullarles el ego, pero eso pasa. No siempre se puede tener la razón. Ooops, sorry. O se cree en algo y eso es falso o se cree en algo y eso es verdadero. ¡No todos pueden estar acertados!
Y por supuesto no faltaba la palabra clave: ¡energía! ¿La han medido? ¿Se ha constatado su existencia? No y no.
Así que esta es sólo la infundada solución de una charlatana para hacer sentir mejor a aquellos lectores del diario que resulten ser unos pusilánimes emocionales. ¡¡Unirse con dios!! ¡Ja! Las supersticiones organizadas siguen siendo muy claras al respecto. La única manera de lograr esto es suicidándose.
Ya les diré yo cómo vivir la Semana de Pasión a plenitud. Son sólo un par de ideas, pero juntas forman el mejor plan para esta época: sexo desenfrenado y comer carne roja todos los días. ¡Qué bien se siente pecar! Es que hasta estuve a punto de decir que “pecar es el alimento más nutritivo para el alma” -si entienden a lo que me refiero-.
Está bien. No voy a discriminar. Si eres un sacerdote, también te diré cómo creo yo que puedes vivir una Semana Santa a plenitud: no te acerques a ningún monaguillo por esta Semana. Considéralo el ayuno.