Con la llegada del Misoprostol al país, muchos enemigos de la libertad individual y misóginos consagrados están haciendo cuanto tienen en su poder para condenar a las mujeres a tener hijos que no quieren y a los que no pueden mantener.
Uno de esos es el abogado Luis Rueda Gómez.
Este tipo es un completo perdedor:
Demandó la nulidad de la sentencia C-355 del 2006 (que despenalizó el aborto en tres casos) y perdió.
Quiso recusar al magistrado Jaime Araújo Rentería cuando este era uno de los que se iban a pronunciar en la ya mencionda sentencia C-355 del 2006. También perdió. Su petición fue rechazada por impertinente. A diferencia de Rueda Gómez, sus compañeros de fanatismo e intolerancia sí consiguieron que Araújo Rentería fuera recusado.
Por si fuera poco, Rueda Gómez también quiso recusar al entonces Procurador General de la Nación -antes de que llegara Alejandro Ordóñez, ese descendiente ideológico de Torquemada con ínfulas de tinterillo-. Por supuesto, su petición no prosperó. La Corte Constitucional dijo que él no estaba legitimado para formular la recusación. Yo no creo que esté legitimado ni para escribir correctamente su propio nombre.
Sinceramente no puedo pensar en un abogado más inepto que este. Casi que me da lástima tenerlo de contrincante ideológico. Él seguramente se daría las mañas para defender a un hombre a todas luces inocente y mandarlo directamente al pabellón de la muerte (¡y aquí ni siquiera hay pabellón de la muerte!).
Por eso me parece muy chistoso -y poco serio- que El Tiempo lo haya entrevistado sobre la inclusión del Misoprostol en el Plan Obligatorio de Salud (POS):
Yo, que soy abogado y he estudiado el tema, le puedo decir que no hay una sentencia más monstruosa, jurídicamente, que la C-355. Los magistrados que la aprobaron violaron la Constitución en muchísimos aspectos. Violaron el artículo 11, que dice que el derecho a la vida es inviolable y no pone excepciones, violaron tratados internacionales que obligan a Colombia a respetar la vida desde la fecundación, como el Pacto de San José. Para mí, los magistrados cometieron prevaricato. La discusión también es científica, porque la Corte dice que no se sabe cuándo empieza la vida, y resulta que está perfectamente definido que la vida empieza en el momento de la fecundación.
Es que dice tantas cosas absurdas juntas que no sé ni por dónde empezar. Él dice que ha estudiado el tema, pero olvida mencionar que siempre que se ha acercado a la Corte Constitucional, le han negado lo que sea que haya pedido. Ni un vaso de agua habrá conseguido.
No creo que sea el mejor candidato para decidir si una sentencia es monstruosa. A él todas las sentencias le parecerán monstruosas. Al fin y al cabo ni entenderá de derecho.
Lo del Pacto de San José es una exposición sesgada. Existen muchísimos más pactos internacionales que promueven la salud sexual y la legalización del aborto. Cogerse de un Pacto cuyo articulado está siendo interpretado tendenciosamente no habla muy bien de su honestidad intelectual.
Aunque nada habla bien de la honestidad intelectual de este tipo. Ni siquiera hemos podido determinar que tenga siquiera algún umbral intelectual.
Investigando un poco más, me entero que Luis Rueda Gómez hace parte de una organización llamada Red Futuro Colombia, organización pro-vida, o sea, enemiga de la mujer, que insiste en el despropósito de que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Ehh, no: lo somos los individuos.
Eso ya arroja más luces sobre por qué insiste en que la vida empieza con la fecundación, lo cual es erróneo. No se ha determinado cuándo empieza la vida humana, en qué momento se empieza a ser persona.
Todas las propuestas son arbitrarias, incluso aquella que yo defiendo que afirma que se es persona tras haber respirado un instante después del nacimiento. Me gustaría saber en qué clase de pederasta en potencia se basa Rueda para decir que “está perfectamente definido que la vida empieza en el momento de la fecundación”. Aunque una vez más, puede ser que se haya valido de su indecoroso nivel intelectual para hacer decir una mentira (una más, qué más da) basada en una afirmación gratuita.
También me enteré que da clases en las universidades Javeriana y Santo Tomás. Nunca me imaginé que esos centros educativos contrataran deshonestos intelectuales. Mi sentido pésame a sus alumnos.