Se trata de los sobanderos:
Gerardo Trujillo aprendió la sobandería con el sobrino de un payé en Miraflores (Guaviare). Conoce las 7 plantas medicinales que curan más de 30 enfermedades y sana ‘el cuajo’ (peritoneo).
¿Además de sobandero, usa plantas medicinales? Pobres los ciudadanos de Miraflores.
Marino Vidal es quinesiólogo, sin título, y no le molesta que le digan sobandero. Antes era ebanista y se dedicó a estudiar las formas de los huesos.
Ellos hacen parte de ese grupo exclusivo de unos 150 miembros que se han ganado el respeto en la ciudad como sobanderos.
Esto confirma mi teoría de que las personas suelen respetar las cosas sin importar lo absurdas que sean. Pero eso no es lo peor.
Aunque no tienen control de las autoridades sanitarias, piensan que se necesita más vigilancia “porque sí hay inescrupulosos que juegan con el dolor de las personas”.
Ahh, los otros sí juegan con el dolor de las personas. Por cierto, cuando se refiere a más vigilancia, ¿qué quiere decir? ¿acaso ya hay alguna vigilancia al respecto? Porque lo que se infiere es que no hay ninguna vigilancia, cero, nada.
“Tenemos un don de Dios que ha perdurado en el tiempo. Con tanta tecnología seguimos ayudando a la salud de los más pobres”, dice Trujillo, quien hace oraciones a Dios y a la Santísima Virgen antes de iniciar sus sanaciones. Cada consulta vale 20.000 pesos.
Pues yo no sé, pero cuando voy a donde alguien a que me cure es porque confío en sus habilidades, capacidades y conocimientos -y también porque está debidamente aprobado por una junta médica o certificado por el Ministerio de la Protección Social, además de haber cursado la carrera profesional de medicina-. Si tiene o no conexión especial con el dictador celestial, es una información que se debe mantener en secreto, privada. No me puedo tomar en serio a ningún curandero que recurra a la superstición como forma de aumentar su prestigio. Eso lo desacredita completamente.
Marino es más científico. Ha hecho cursos de medicina deportiva e incluso dice haber inventado un masaje para curar el mal del espolón calcáneo, que aqueja el talón del pie.
¿Es más científico? ¿Envió su invención a una revisión por pares? ¿Su técnica ha sido publicada en una revista como Science o Nature? ¿No? Entonces es igual de charlatán que los demás.
Lo que encuentro más aberrante es el apoyo de sectores dentro de la comunidad científica:
El médico Eduardo Rozo dice que aunque algunos critican a los sobanderos, son complementarios con los médicos graduados.
“La medicina tradicional es válida, siempre y cuando se haga con responsabilidad. Hay algunos sobanderos que no lo son y terminan por complicar una lesión. Se necesita es capacitarlos”, advirtió Rozo.
Ehh, no. La forma de hacer responsablemente la medicina tradicional es no haciéndola en lo absoluto. Si no ha sido capaz de superar los estándares impuestos por el método científico, no es medicina, no es complementaria y no es válida. Es vulgar charlatanería.