La Universidad de la Sabana, que sigue los lineamientos del Opus Dei, llevó a cabo un estudio durante cinco años para ‘determinar’ que el embarazo adolescente no puede considerarse como un problema de salud pública:
Así lo revela un estudio realizado por la Universidad de la Sabana dirigido por Andrés Salazar, profesor e investigador de esta institución.
En un periodo de 5 años, estudiantes de medicina y de enfermería de la Universidad de la Sabana entrevistaron a 557 mujeres bajo la orientación del docente e investigador 2008.
Demografía y salud 2011 demuestra que en Colombia el 19, 5% de las mujeres de 15 a 19 años ya son madres o están en embarazo.
Salazar asegura que un problema de salud pública está relacionado con algún tipo de enfermedad, mientras que el embarazo es un estado de la mujer, por lo que depende de estrato socioeconómico en que se dé para calificarlo o no de problemático.
Para este tipo, el hecho de que la quinta parte de las jóvenes colombianas estén embarazadas no es un problema de salud pública.
Pues no sé. Si cada vez están teniendo hijos a más temprana edad ¿a qué horas piensan desarrollar sus propios proyectos de vida? ¿que acaso no representa cada uno de estos neonatos un costo extra tanto para el Estado como para sus madres? ¿cuándo empieza a ser un problema de salud pública, cuando ya no hay hospitales para atender los partos y darle una alimentación nutritiva y balanceada a los bebés, acompañada de una asesoría pertinente y una atención completa a las nuevas madres?
La referencia al estrato socioeconómico pone de manifiesto un vulgar clasismo: incluso si una joven estrato 6 (o sea la clase más alta) tiene un hijo, eso es un problema. Tanto por la estigmatización social como por el hecho de tener que dividir la misma cantidad de recursos en el doble de personas (y eso asumiendo que mantener a un recién nacido costara lo mismo que mantener a un adolescente, pues la constante compra de pañales y de ropa supondrían un gasto aún mayor), eso por no mencionar el hecho de que de ese momento en adelante debe dejar de perseguir sus metas -lo que probablemente cobre factura y más adelante colabore con la conversión en una mujer resentida y amargada- para dedicarle atención y recursos a que su nuevo hijo persiga sus propias metas.
El no uso de anticonceptivos y la ignorancia frente a los mismos y al control de natalidad son un problema de salud pública que se refleja en embarazos adolescentes, por lo general no deseados.
Pero por supuesto, a los de la Universidad de la Sabana no les importa. Para ellos es más importante condenar a las mujeres que disfrutan de su cuerpo libremente en respuesta a los instintos naturales de estos en vez de esperar hasta la fecha arbitraria del matricidio -o mejor, de la noche de bodas- para perder la virginidad.