Al parecer, la charlatanería no sólo ha afectado la salud y la medicina humanas. Ahora, también ha infestado la salud animal y práctica veterinaria:
Pero no se trata de cuyes cualquiera. Con ellos se usan terapias alternativas con plantas medicinales para prevenir enfermedades. La piñuela les ayuda con la diarrea, el llantén y la caléndula controlan las bacterias y el curador les sirve para la sarna.
Lo que más me molesta es que a diferencia de los humanos que deciden arriesgar su vida sometiéndose a tratamientos pseudocientíficos y pseudomedicinales, los animales no tienen ese poder de decisión y no es justo someterlos a prácticas que arriesgan la vida (por más que esta sólo sea tenida en cuenta, más adelante, para el consumo).