Sin embargo, me equivocaba.
Me entero por Facebook, gracias a una amiga, que Power Balance tiene ventas en Barranquilla (¿notan lo fatal que se les da el uso de Internet? ¡¡Crearon una cuenta como si fueran una persona!!).¡¡Y ponen posters en la Universidad del Norte!!
Pero lo cierto es que ya se encuentran en todo el país.
A pesar de no tener ninguna evidencia científica, su propaganda recurre a la misma técnica de culpabilidad de las religiones, asumir desde el principio que uno es defectuoso:
Power Balance es una frecuencia en sí, almacenada en un medio (el holograma), que restaura el equilibrio electromagnético de tu cuerpo aislando a cada célula viva de los factores externos que le impiden funcionar al 100% de sus capacidades.
¿Cómo les quedaría el ojo a sus clientes al saber que las timopulseras no sólo han sido desacreditadas por la comunidad científica internacional sino que los de la empresa también han sido condenados por un estrado judicial por publicidad engañosa? Y no fue en un país como, digamos Uzbekistán, sino en Australia y la Junta Andalucía también los ha multado.
He aquí la corrección de su publicidad engañosa:
En nuestra publicidad afirmamos que las pulseras Power Balance mejoran el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad. Admitimos que no hay evidencia científica que apoye nuestras afirmaciones.
Sin embargo, los que las promocionan en Colombia siguen mintiendo descaradamente:
Brinda al cuerpo nuevamente un estado de armonía y equilibrio como lo tuvo antes de la contaminación por sustancias químicas, comidas rápidas, la falta de ejercicio y el estrés.
Lo que hay que ver.