En segundo lugar, tenemos al partido PIN (¿”Paras lo Intentan de Nuevo”?) al que le molesta que las víctimas deban ser reparadas. Para ellos, al igual que en la absurda visión de Uribe, una víctima de la guerrilla es diferente de una víctima de un agente del Estado. Yo no sé cómo harán estos tipos cuando van a un cementerio. ¿Con qué medio logran distinguir un muerto de otro? ¿Por qué el dolor de perder un familiar a manos de los terroristas es legítimo mientras no lo es perderlo a manos de agentes del Estado en contubernio con paramilitares?
En tercer y último lugar, pero no sin salirse del ámbito legislativo: las EPS’s podrán seguir contratando a sus clínicas y hospitales. Lo que se traduce en demoras y denegación del servicio, por cuenta del monopolio.