Buenas noticias — esta madrugada, el dictador sirio Bashar al-Assad (o Ásad) huyó del país mientras los rebeldes capturaban Damasco:
El mando del ejército sirio ha notificado a los oficiales que el régimen autoritario de 24 años del presidente Bashar al Assad ha llegado a su fin, según ha declarado a Reuters un oficial sirio informado de la medida, tras una rápida ofensiva rebelde que ha cogido al mundo por sorpresa.
Los rebeldes sirios dijeron que Damasco estaba “ahora libre de Assad”.
Anteriormente, el líder que aplastó todas las formas de disidencia voló el domingo fuera de Damasco hacia un destino desconocido, dijeron a Reuters dos altos oficiales del ejército, mientras los rebeldes decían que habían entrado en la capital sin señales de despliegues del ejército.
Miles de personas en carros y a pie se congregaron en una plaza principal de Damasco saludando y coreando “Libertad” del largo gobierno de la familia Assad, dijeron testigos.
Ahh, ¡me encanta el olor a tirano derrotado por la mañana!
Infortunadamente, la caída de Assad no significa necesariamente que el pueblo sirio va a estar mejor, pues hay que recordar que la coalición rebelde está formada principalmente por grupos jihadistas, así que el grito de “libertad” viene con un gigantesco disclaimer de términos y condiciones.
Aún así, siempre es bueno que un tipo como Assad sea apartado del poder. De las innumerables atrocidades cometidas por su régimen, las que a mí más me revuelven el estómago son el bombardeo a su propia población con gas sarín; y las torturas, ejecuciones, crímenes de guerra y desapariciones cometidas contra disidentes, opositores y ciudadanos de a pie en la prisión militar de Sednaya (conocida informalmente como el Matadero Humano — el tipo de prisión y atrocidades que filtraría WikiLeaks si tan sólo cumpliera con el requisito editorial de que los victimarios fueran occidentales). Los rebeldes entraron en Sednaya y liberaron a los prisioneros.
Si bien la caída de Assad podría no representar una mejora en las condiciones materiales de los sirios, ciertamente sí significa que Vladimir Putin perdió a su único aliado en Medio Oriente, así como también es una pérdida para la dictadura iraní, pues los rebeldes son mayoritariamente sunitas. (Al igual que su impresentable padre antes que él, Bashar al-Assad pertenece a la secta alauita, y en esa calidad gobernó excluyendo a los sunitas.)
(imagen, de ciudadanos sirios tumbando una estatua de Háfez al-Assad: NBC)