Ya está aquí un nuevo capítulo de las Guerras de la Misoginia.
Y si el Elevatorgate, el episodio que desató todo este absurdo e insensato enfrentamiento, les parece ridículo, esperen a ver el nivel que se acaba de estrenar esta semana.
Fue lo que le pasó a la skepchick Amy Roth durante The Amazing Meeting (TAM), que organiza la James Randi Educational Foundation:
Creo que una de las cosas más hirientes que experimenté mientras asistía a TAM fue la camiseta que Harriet Hall se puso tres días consecutivos. Yo le dije entre lágrimas, en el salón de oradores, que era deshumanizadora y ciega de género/color y dolorosa para mí muy específicamente como una persona que tiene que lidiar con el acoso regularmente. Le dije que estaba contenta de que se sintiera segura y que no habría enviado a 22 mujeres al evento si no creyera que era seguro para ellas tampoco. Entonces, ¿a quién estaba dirigida?
Sentí que era un ataque personal (estuviera o no destinado como tal) ya que yo era la principal representante pública de Skepchick en el evento y decía “skepchick ‘en su camisa y le dije eso. Sé que tenía derecho a usar esa camiseta a pesar de que era hiriente. Pero un día habría sido suficiente cuando estaba en el podio para enviar su mensaje. Seguir usándola todos los días, especialmente después de haber expresado lo molesta que yo estaba con ella, fue cruel y corta de vista por decir lo menos. Eso fue muy, muy decepcionante, ya que yo solía tener un gran respeto por ella. Pero había tantos detractores allí que estoy segura de que ella estaba recibiendo una gran cantidad de amor por atacar a las “skepchicks” todos los días, por lo que mis sentimientos eran la minoría y así se volvieron irrelevantes.
Es este tipo de deshumanizadora y mentalidad enojado aficionado a los deportes que está llevando a la gente como yo lejos de este grupo de escépticos. Y yo soy una de las personas que realmente hacen algo cuantificable con las subvenciones (que tengo pensado seguir haciéndolo por cierto). En serio, imagínense si la mitad de la energía utilizada para hacer camisas airadas y sitios web falsos se dedicara a ayudarme a mandar mujeres a eventos científicos o para hacer cualquier tipo de bien en este movimiento. Podemos cambiar el mundo. Se supone que los escépticos deben luchar contra los psíquicos y los artistas de la estafa, no se supone que deben hacer que la gente como yo llore y se vaya temprano de los eventos. Tenemos que poner fin al hostigamiento y el odio y este tipo de instigación no debe ser tolerada por un grupo de racionalistas. Ciertamente no va a ser tolerada por mí.
Definitivamente había un sentimiento de nosotros contra ellos que experimenté personalmente en el evento, con grupos de personas que no se acercarían más de 10 pies de mi mesa. Muchos detractores de FtB y de Skepchick identificables en línea y sus amigos. Ahh, y había gente de acoso encubierta, que me pareció extraño y espeluznante. Me dijeron que había 19 personas monitereando en secreto el evento en caso de acoso, pero no existe una política pública o un mensaje sobre cómo informar de incidentes que no sea alguna información oculta en el sitio web de preguntas más frecuentes de la JREF que nunca vi. Sólo me enteré de esto después de que yo estaba llorando en el salón de oradores con unas pocas personas y de repente un equipo súper secreto especialista en acoso fue traído para hablar conmigo. Después de que les informé de que el feed de Twitter de TAM con el blogging anónimo del evento y la camisa de Harriet me habían trastornado hasta el punto de querer salir, tuve cámaras de seguridad entrenadas sobre mí y en mi mesa donde me senté con mi madre todo el tiempo . Una persona de seguridad/acoso revisaba cómo iba con regularidad. Me dijeron que estaba siendo monitoreada y grabada. La intención era, según me dijeron, ayudarme a sentir segura, en cambio no hizo sino exacerbar el estrés que sentía. Cambié mi vuelo y me fui un día antes.
¿Qué? ¿La ilustre Harriet Hall decidió no renunciar a su derecho de vestirse como se le diera la gana, ni a su libertad de expresión cuando una Skepchick se lo pidió?
Y acaso ¿qué decía la camiseta? Por el frente, decía:
Yo me siento segura y bienvenida en TAM 🙂
Y por la parte de atrás decía:
Soy una escéptica. No una “skepchick“. No una “mujer escéptica”. Simplemente una escéptica.
Como pueden ver, totalmente inhumano. Y ya entendemos la magnitud del quiebre emocional de Roth: Desde Skepchick y algunos bloggers de FtB han repetido que las conferencias que no implementen una política hiperrestrictiva de las interacciones sociales en sus eventos necesariamente serán ambientes hostiles y peligrosos para las mujeres.
Y lo de no ser una skepchick por supuesto que ha debido destrozar a Roth – al fin y al cabo Hall hace parte de esas feministas que creen que el término chick (algo así como nena ó chica) es degradante para las mujeres (y hay que notar que en inglés no existe un término similar pero en masculino, como sí lo hay en español el nene y el chico).
Así que sugerir que el mismo nombre de un blog que dice ser feminista se está dando un tiro en el pie haría llorar hasta a la más templada feminista.
En cuanto a lo de dedicar energías a enviar a mujeres a eventos científicos, eso era justamente lo que se estaba haciendo, antes de que Rebeca Watson decidiera que una invitación sexual no deseada era lo mismo que acoso y que el que no pensara como ella en ese sentido era un apologista de la violación y si era mujer, una traidora de género. Ahora dividimos nuestro tiempo entre defendernos de las falsas acusaciones y seguir con el escepticismo de siempre.
Lo que tiene que ver con que los escépticos no debemos hacer que las mimadas pseudofeministas lloren, no puedo evitar preguntarme si no resulta hipócrita hacer este comentario justo después de que su pandilla de FtB y Skepchick han aprovechado su posición dominante en la esfera escéptica para abusar verbalmente de todo el que se atreva a disentir un poquito en esta cuestión, como lo han señalado Paula Kirby y Vjack.
Y con lo de la política anti-acoso, me parece que si uno es organizador de un evento, lo menos que podría hacer es pasarse por la página web del evento y asegurarse de haber leído la sección de preguntas frecuentes.